jueves, 9 de agosto de 2012


EL INTERNET COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA

INTRODUCCIÓN

Para obtener un conocimiento es necesario realizar un sacrificio. Odín, dios nórdico que entre sus virtudes se encontraba el don de la sabiduría, no estuvo exento del sacrificio por el conocimiento. Sediento de verdad y sabiduría se aventuró hasta el pozo d Mimir, disfrazado de caminante. Odín pidió a Mimir la oportunidad de beber del agua de su pozo para obtener la sabiduría, pero Mimir a cambio de dicha satisfacción le solicitó en ofrenda un ojo.

Odín sacrificó su ojo izquierdo para obtener sabiduría. Pero nosotros, simples mortales, intentamos creer que los conocimientos llegarán hasta nosotros de la manera más sencilla y sin esfuerzo alguno. Creemos que la divinidad de las cosas restaurará en nosotros algo inexistente, que el conocimiento debiese ser otorgado por nacimiento y no a través de arduo trabajo.

Las herramientas tecnológicas que se nos brindan para ser utilizadas en la impartición de conocimientos no nos piden que perdamos nuestro ojo izquierdo para adquirirlas completamente. Solo nos pide valor, el valor que Odín tuvo ante el aquel sagrado pozo, valor para intentar, valor para aprender, valor para afrontar los nuevos retos que se nos impondrán en el trascurso del aprendizaje de herramientas como el internet.

Nosotros, humanos ¿tendremos el arrojo de los dioses nórdicos? ¿Pelearemos entre niebla y nieve y beberemos del agua sagrada? Yo creo que sí.




DESARROLLO

En este nuevo mundo al que nos enfrentamos como guerreros vikingos, con valentía y arrojo, hay que llevar espadas afiladas que puedan penetrar la coraza de la ignorancia. Una coraza muy dura, capaz de reventar lanzas y saetas que no estén fundidas en el metal de la sabiduría, que son cortadas del árbol de la mediocridad.

Necesitamos valernos del mejor herrero, del creador de la lanza de Odín. El internet es nuestra fortaleza, veamos este como una espada de doble filo con la cual podemos cortar de tajo al enemigo, pero que también al desenvainar de manera inadecuada, nos puede herir mortalmente.

Debemos renovarnos, claro está, para no dejarnos llevar por el mar de la expectativa quietud. Tomar la batuta del conquistador y lanzarnos sobre ese nuevo mundo, pues el docente (guerrero) tiene ya la base fundamental que es el arte de enseñar. Enseñamos y aprendamos entonces, actualizarnos es no morir.

Si bien es cierto que vemos en nuestra edad una limitante para el establecimiento de nuevas redes de conocimiento; también es real que nuestra voluntad es capaz de rejuvenecer el alma y cuerpo, al tal grado de poder cultivar en nuestro jardín intelectual los mismos conocimientos que la flor de la juventud.

¿Tenemos miedo de tocar un aparato que nosotros mismos construimos?  ¿Ha llegado el tiempo en que nuestros inventos nos devoraran con avidez? ¿A caso nuestra humanidad ha perdido el cauce y ya no deseamos más conocimiento? ¿O es qué creemos ya realmente en la inutilidad del hombre y preferimos valernos de la utilidad de la nada?

Creamos entonces que aún dominamos a nuestro alrededor, y que una computadora no es superior a nosotros. Perdamos el miedo, piquemos aquí y allá, echemos a perder, investiguemos, realicemos y reinventemos sin temor a lo que pueda suceder en el interior de un ordenador “inteligente”.

Todo tiene un precio, y el económico es demasiado normal, pero no es la enfermedad incurable. Así como todo cuesta también todo es lograble, no es una limitante de por vida el valor de una cosa, este disminuye y aumenta a disposición del ser humano. Por tal motivo, debemos desechar en cierta medida el temor a la tecnología por el costo económico, incluso hoy en día es accesible el internet a un precio relativamente bajo, todo es cuestión de crear nuestra propia panacea para nuestra particular situación.

La distancia, ¡terrible juez que sentencia las condenas más horrendas! Verdugo de héroes, de guerreros, de hombres que intentaban pero que nunca lograban alcanzar. Odiado por hombres y por animales a la vez. Justificación de horrendos males.

Podemos decir que nuestro reino a defender (escuela, área de trabajo, etc.) se encuentra marginado por la distancia, que este se localiza en algún lugar en el tiempo, que es de difícil acceso. Que las armas ahí no llegan con la facilidad requerida para dar una batalla constante contra la ignorancia.

Los vikingos llegaron a Vinland (Canadá), a través de un mar inhóspito, guiándose con las estrellas y el instinto. Solo viajando en sus Drakkars, sin la necesidad de recurrir a nostálgicos llamados de ayuda, como tan habituados estamos nosotros cuando no encontramos solución a las cosas. 

Si los vikingos pudieron resolver sus vicisitudes hace siglos, sin la ayuda de la tecnología, nosotros que poseemos esta arma poderosa, debemos estar seguros que venceremos. Hay que confrontar autoridades, mover un dedo o una mano para, de a poco a poco, rodar la piedra que nos estorba.

La gestión es importante, sin importar cuánto tiempo nos pueda arrebatar esta acción. Gestionando se lograr las cosas, y el honor y el orgullo permanecen intactos. Solo es cuestión el punto exacto donde atacar, donde conseguir el tesoro del rey para realizar nuestras expediciones.

Medir nuestras limitaciones, pensar en cómo contrarrestarlas, tener iniciativa, tratar de fortalecer nuestras debilidades. Si practicamos y convertimos estas acciones en arte, no habrá obstáculo que no podamos derribar. Incluso si se trata de un océano incierto, lleno de monstruos marinos y recubierto por una espesa niebla  donde nuestra vista no alcance si no el final de nuestras manos.


CONCLUSIÓN

Odín colgó durante nueve largas noches mecido por el gélido viento del norte, no bebió ni comió, su propia lanza atravesó su cuerpo. Entonces, vislumbró las antiguas runas, y conoció el poder y la sabiduría de ellas. Odín se sacrificó nuevamente para obtener conocimientos más allá del alcance del ser humano.

Colguémonos entonces a nosotros mismos del viejo árbol de la ciencia, clavemos nuestra lanza en nuestra cabeza, como símbolo de abrir nuestra mente a nuevos mundos, a conocimientos renovados, a fuerzas ignotas dotadas de filosofía.

Ya sea bebiendo del pozo de Mimir, ya sea colgados del árbol de la ciencia; el objetivo debe ser el cabalgar en corceles de acero dispuestos a ganar guerras, aunque seamos superados en número, aunque el ejercito de la ignorancia sea superior, aunque el escudo que llevemos pueda convertirse en polvo después de recibir tantos destellos.

Si no avanzamos fuertes y dignos hacia nuestra meta, nadie más lo hará por nosotros.  El enemigo no es la tecnología, el enemigo somos nosotros mismos, nuestros introyectos, nuestro yo interno. Esa voz que nos dice que no se puede, que nos pone trabas para guiarnos al fracaso.

Odín se retira a su hogar acompañado de sus viejos cuervos guías. Nosotros también tenemos nuestros guías, el camino se hará más corto si confiamos en los recursos que se nos ofrece. El destino tal vez es incierto, pero nuestra nueva visión de las cosas será la luz que iluminará el sendero que de ahora en adelante recorreremos.

Lic. Víctor Yudiel Carmona Castillo

Lamento Pagano



Lamento Pagano.

¡Duerme bien, mi amor! Que mañana tal vez todo acabe, y la muerte renueve sus oscuras energías.
Piérdete en los sueños esta noche, vida mía. Que el arco y la flecha mañana volverán a luchar.

Y los espíritus del bosque cantaran himnos de guerra,
Y los arboles se desprenderán de la dulce tierra…

La invasión retorna, la aldea sucumbirá. La cruz pretende reinar, la cruz ¡Fiel anuncio de guerra y muerte!

Lamento pagano, costumbres perdidas.
La sangre se derrama, el cristianismo domina.
Lamento pagano, los dioses antiguos mueren.
Fuego en las chozas, el cristianismo no duerme.

Tal vez mañana ya no estaremos aquí, vida mía. Y la muerte reinara;
El destino es incierto.
Tal vez ya no existirá un lugar en el tiempo, para nuestras viejas costumbres. El dios devorador, lo destruye todo.

La madrugada llega, encendamos la fogata de la luz eterna.
Bailemos a su alrededor, la ultima danza en honor de nuestro dios.

Lamento pagano, cuerpos mutilados.
Lamento pagano, la sangre cubre la nieve.
Lamento pagano, orgullo destrozado.
Lamento pagano, la nueva religión ya viene.

Mientras tanto duerme, amor mío. Duerme profundamente, que nada mas importe.
Aun esta noche estamos bajo el delicado hechizo de nuestros dioses antiguos, aun esta noche dormiré a tu lado.

Ya mañana el único sonido en nuestro bosque será nuestro profundo lamento pagano…