viernes, 18 de enero de 2013

Ensayo...


INTRODUCCIÓN

La evaluación por competencias es un método de reconocimiento del aprendizaje obtenido por el alumno, en el cual no solo se miden los aspectos tradicionales donde solo era primordial el área cuantitativa. En la evaluación por competencias es de suma importancia los aspectos cualitativos, sin dejar de lado lo cuantitativo. Pues un equilibro entre ambos aspectos nos ofrece una mayor facilidad para descubrir las fortalezas y debilidades del alumno.

Efectuando un comparativo entre los métodos de evaluación tradicionalistas, los cuales a pesar de su base débil de acción se siguen utilizando; y la evaluación por competencias, un método que viene a renovar los manantiales casi caducos de la educación; obtenemos importantes y contundentes diferencias.

Estas diferencias enmarcan un camino a seguir muy distinto por el cual guiarnos hacia un nuevo futuro. Pues de las viejas prácticas solo se pueden obtener viejas costumbres, incluso en el afán casi demoníaco de inyectar un poco de vitalidad a las antiguas formas de evaluación, se demuestra que de esto solo se obtiene el más increíble e insensato ridículo.
Pues no es necesario contribuir a que el monstruo siga con vida, a pesar de que agoniza. ¡No! La verdadera necesidad trascendental para las nuevas generaciones de hombres que poblaran este planeta es la siguiente:

¡Degollar a la bestia herida, desangrarla y asesinarla.!

Entonces llegar el tiempo en que un nuevo orden regirá, las nuevas prácticas sobresaldrá, un nuevo gobierno educativo establecerá las leyes a seguir en el rumbo del pueblo. Y entonces, la era del Draco se esfumara, y se dará paso a la era de oro para la educación.

Esa era que anuncia la disolución de las viejas prácticas, en donde el alumno será participe en las decisiones escolares, donde el evaluador será evaluado, donde lo más importante no sean los números sino las cualidades. Esa era, es la era de las competencias educativas, nosotros estamos construyendo el camino, contribuyendo con cada piedra, con cada paso aplanamos el suelo, para suavizar la pisada de las nuevas generaciones. Es cuestión de presionar, y presionar, y el futuro llegara.



DESARROLLO

Hablaremos de las fortalezas y debilidades resultantes de un breve análisis entre la evaluación de competencias y la evaluación tradicional. Esto con el único fin de dar un apoyo visual al lector para que pueda elegir con una base más sólida, la forma evaluativa que más sea de su conveniencia y agrado. Enfrentando estos dos tipos de evaluaciones, podemos obtener los siguientes puntos de contraste:

La evaluación por competencia es un proceso dinámico y abarca distintos campos de acción para llevarse a cabo. Estos significa que no solo se ocupa del campo de las cantidades para establecer una calificación al alumno como se hace en la evaluación tradicional, más bien actúa dentro de una totalidad de las cosas, es decir, se toman en cuenta tanto actitudes, aptitudes, evidencias, etc. Todo esto con el fin de que la evaluación no sea un proceso de ligereza, sino más bien una ejecución maestra por la cual se obtenga el resultado deseado, la formación de una competencia.

En la evaluación tradicional, lo único importante es el resultado; pues se cree que dependiendo de la calificación obtenida, el éxito será mayor o menor. Si el alumno obtiene un 10 (sea cual sea la manera en que esta calificación fue adquirida) se asimilara que es poseedor de una inteligencia superior. En su forma contraria, quien logra una calificación de 6, será tomado como un ser ignorante. En cuanto a la evaluación de competencias el resultado no es la única característica importante y digna de ser observada, en esta evaluación todo el proceso que conlleva a un resultado es tomado en cuenta y analizado con toda la paciencia, entereza y constancia que esta precise. Pues una competencia está formada desde el más pequeño punto del proceso, hasta el final, que es la competencia adquirida.

En la evaluación de competencias, el alumno tiene la oportunidad de participar en la elaboración de las formas de evaluación durante el proceso de enseñanza. Esto permite que el alumno se vaya compenetrando cada vez más en el proceso, lo haga suyo y se sienta comprometido con él. Esto es un sueño lejano para la educación tradicional en cuento a su evaluación, pues en esta el amo y señor es y será siempre el maestro, el cual no da la mínima oportunidad de interferencia en sus actividades por parte del alumno. Creando con esto un sentimiento de menosprecio hacia los seres a quienes dirige la enseñanza.

La evaluación de competencias brinda al estudiante la orientación para la reflexión, con el fin de que pueda formarse un juicio de lo que aconteció mientras se veía sometido a la evaluación. Así podrá por sí mismo detectar cuáles son las áreas en las que necesita mejorar, como también las fortalezas que le fueron creadas o detectadas durante el proceso. En especial esta característica de la evaluación de las competencias es de amplia importancia, pues al forjarse el estudiante su propio juicio de las cosas, lograr comprender con mayor profundidad sus pros y contras. Esta situación no ocurre con el método tradicional, ya que ahí la mente del alumno se ve invadida por el juicio del profesor. El profesor etiqueta a quien es bueno y malo.

La evaluación de competencias plantea un cambio institucional, ya que no solamente se evalúa el alumno, así mismo y por el maestro, sino que también el maestro se autoevalúa y es evaluado por los alumnos. Sin embargo no todo queda ahí, el proceso de evaluación se propaga cual virus por todas las cavidades de la institución, creando con esto un lugar donde se promueva la evaluación en todos los sentidos. Esto es un cambio sumamente trascendental, pues abarca un proceso que es cuidado desde sus raíces, hasta la última punta de sus hojas.

Este proceso no es seguido en la evaluación tradicional, donde la evaluación para el maestro es impensable, mucho menos una autoevaluación, y el rayo de Thor caería sobre nosotros, si alguna vez en estas instituciones tradicionalistas se buscó la evaluación generalizada de todo el plantel, en busca de la trascendencia.

CONCLUSIÓN

La vida está llena de múltiples obstáculos, los cuales impiden con todas sus fuerzas el desarrollo total del ser humano. Un desarrollo que va más allá del cuerpo, y que incluye a mente, un desarrollo que abarque todos los estadios del hombre.

Sin embargo, como los descendientes de razas conquistadoras que somos, sabemos que todo obstáculo tiene una parte débil que puede ser sometida a nuestra voluntad. El ser humano busca, y siempre encuentra. Existe una salida triunfal para cada obstáculo que se nos presenta.

La evaluación fue vista en cierto periodo prehistórico del tiempo educativo, como una muralla infranqueable, donde solo a base de sufrimiento horrendo pudiesen por lo menos transitar aunque penando, no herido de muerte. La evaluación era el verdugo que decapitaba al estudiante sin piedad.

Ahora, la evaluación por competencias nos plantea un nuevo estilo de vida, un orden superior para la educación, donde el verdugo se convierte en redentor y el torturado en prestidigitador de las artes educativas. Entonces obtenemos una alquimia perfecta, en la cual todos los factores se conjugan y proyectan a la sociedad un cumulo de enseñanzas que jamás desaparecerán del estudiante, después convertido en ciudadano del mundo.

Estamos en un mundo que avanza y no se detiene, es nuestro deber caminar, trotar y correr siempre a su nivel, pues el decaer nos llevara a la perdición. El mundo está cambiando, cambiemos con él.

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